23 may 2011

Kowloon, la ciudad del infierno

Kowloon (nueve dragones) fué durante muchos años un pequeño territorio chino aislado en el interior de la colonia británica de Hong Kong. Esta circunstancia, unida a la falta de interés del gobierno chino por este territorio, propició que, con los años, se convirtiese en una tierra de nadie donde cada cual hacía y desacía a su antojo.

Los orígenes de esta ciudad amurallada se remontan a la dinastía Song, cuando esta ciudad fue utilizada como puesto de vigilancia para evitar el ataque de los piratas. Estaba situada en la península Kowloon, junto a Hong Kong, y durante el siglo XIX fue reconstruida como una fortaleza china.


Cuando Hong Kong fue cedida a los británicos, los chinos pensaron que sería conveniente mantener un "punto de control" para así poder supervisar todo lo que ocurría en Hong Kong. El lugar escogido fue Kowloon. Sin embargo, a los británicos no les gustó la idea, y un tiempo despues, se arrepintieron y decidieron atacar el enclave, eliminando las barreras que separaban Kowloon del resto de Hong Kong.

A pesar de este ataque, Kowloon se continuó desarrollando como un emplazamiento chino, con su modelo de comercio y sus costumbres. Esto no molestó a los británicos y dejaron que continuase con ese modelo.

Tras la rendición de Japón en la II Guerra Mundial, Kowloon se convirtió en el refugio perfecto para inmigrantes, delincuentes, y sobre todo, para el sindicato del crimen, debido a que Gran Bretaña mantuvo una política de brazos caidos, en lo que respecta a esta ciudad.


Esta ciudad, de apenas 100x200 metros, crecía a un ritmo vertiginoso. En sus calles imperaba la ley del más fuerte, debido a que las autoridades de Hong Kong no se atrevían a entrar ahí, y los edificios cada vez ganaban más altura, edificando, sin arquitectos ni ingenieros, nuevos pisos encima de los ya existentes. 

Las únicas normas que había que respetar a la hora de construir era:
  • Dejar la instalación eléctrica al aire libre por si se producía un incendio.
  • Que los edificios no alcanzasen más de 14 plantas, ya que al lado se situaba un aeropuerto y los aviones pasaban realmente cerca de las azoteas.
Kowloon fue conocida como la Ciudad de la oscuridad, ya que las nuevas edificaciones se apoyaban unas sobre otras, impidiendo el paso de la luz en toda la ciudad, a excepción de las azoteas. Toda la ciudad estaba iluminada a base de fluorescentes, las calles no medían más de un metro de ancho, y los puestos donde se vendía carne de perro eran abundantes.








Los niños jugaban en las azoteas, entre la multitud de antenas y cables que había, ya que era el único lugar donde podían ver el sol y estar al aire libre.

Los habitantes de la ciudad la describieron como un lugar de armonía debido a que era totalmente autoregulada y autosuficiente, y nunca necesitó de las autoridades para mantener el orden, si no que había un grupo de voluntarios que intentaban que se respetaran unos derechos mínimos.

Tan solo ocho puntos en toda la ciudad abastecían de agua, y eran cortesía del gobierno de Hong Kong. En su etapa final, sobre 1990, Kowloon llegó a albergar 50.000 inquilinos, convirtiendose en el lugar más densamente poblado del mundo, con 1.900.000 habitantes por kilómetro cuadrado. Para hacernos una idea, Nueva York tiene 91 habitantes por hectárea, mientras que Kowloon tenía 13.000 habitantes por hectárea.

Finalmente, no sin la oposición de los que allí vivían, en 1993 Kowloon fue deshabitada y demolida, construyendo un parque en su lugar.

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